Introducción
El
razonamiento es un tipo especial de pensamiento en el cual se realizan
inferencias, o sea en el que se derivan conclusiones a partir de premisas.
En
todo razonamiento se afirman una o más premisas y una conclusión, pero no toda
afirmación de varias proposiciones constituye un razonamiento. En el proceso se
tiene en cuenta lo que es el argumento ya que es la prueba o razón para
justificar algo como verdad o como falso. Es la expresión oral o escrita de un
razonamiento y debe tener consistencia y coherencia; es decir, debe tener
sentido significado para la persona o audiencia a la cual se dirige.
El
razonamiento entonces conlleva pensar ordenando ideas y conceptos para llegar a
una conclusión. Es la capacidad para resolver problemas, extraer conclusiones y
aprender de manera consciente de los hechos, estableciendo conexiones lógicas
necesarias entre ellos.
Existen
dos tipos de razonamiento: el inductivo y el deductivo. El primero va de lo
particular a lo general, la premisa resulta de la observación, no se basa en
una prueba profunda y las conclusiones se basan en suposiciones; el segundo va
de lo general a lo específico, deduce conclusiones particulares y la conclusión
debe derivarse de la premisa. Esto se realiza con el fin de que el razonamiento
pueda llegar a determinar conclusiones.
Objetivos
Objetivo general
Llevar a cabo la participación del razonamiento en los procesos de construcción del
conocimiento con el fin de
alcanzar conclusiones válidas.
Objetivos específicos
Razonamientos utilizados para llegar a conclusiones
La toma
de decisiones es uno de los procesos más comunes en la vida del ser humano, formando
parte de su existencia personal y social en diferentes momentos; se podría
decir que, el hombre es capaz de adquirir un despertar de su razonamiento con
el fin de poder proporcionar una solución a cada decisión por tomar y esto con
el fin de lograr llegar a una conclusión.
Aunque se
supone que todo ser humano debería tener la capacidad de elegir correctamente
entre dos o más alternativas, muchas veces existen otras variables de por medio
que complican la situación. Esto hace necesario aprender a reflexionar, y
desarrollar ciertas habilidades para escoger la opción más adecuada en
cualquier espacio o situación de la vida.
La
importancia de este proceso tiene una relación directa con la relevancia del
problema que se busca solucionar y por ello la necesidad de llegar a una
conclusión. Por un lado, se encuentran las decisiones insignificantes, como la
elección de un plato de comida en un restaurante o el color de una prenda de
vestir. El razonamiento en estos casos no es nada complejo, e incluso puede llevarse
a cabo de forma casi automática. Esto se debe a que la gravedad de las posibles
consecuencias es prácticamente inexistente, pudiendo ser solucionadas de una
manera bastante sencilla.
Por otro
lado, las decisiones que involucran temas transcendentales para la vida exigen
un análisis meticuloso, dedicado a comparar los resultados potenciales. Esto se
ve reflejado en un mayor tiempo de reflexión, y son el tipo de procesos más
habituales durante las diferentes etapas del desarrollo. Al margen de la personalidad
y los gustos que se tengan, cada individuo enfrenta una creciente aparición de
problemas, que son proporcionales a su independencia e integración en la
sociedad.
Cabe
mencionar que existen desordenes emocionales que afectan la posibilidad de llegar
a una conclusión exacta de nuestro razonamiento. Por ejemplo, la depresión o
falta de autoestima genera inseguridad, esto impide que la persona pueda elegir
entre dos o más opciones, incluso cuando se trata de cuestiones
insignificantes. No obstante, todos podemos atravesar momentos de indecisión,
haciendo necesario ejercitar el razonamiento lógico siempre que sea posible.
Hay
muchos métodos que pueden ayudarnos a tomar decisiones de una manera más
efectiva. Uno de ellos consiste en identificar y analizar el problema, luego se
deben evaluar las alternativas disponibles, y finalmente aplicar la decisión
escogida para así llegar a una conclusión del caso. Un paso extra es la
evaluación de los resultados, que permite aprender de los errores cometidos
para no repetirlos en el futuro.
Tal como
ocurre con el pensamiento crítico, este proceso también involucra la
observación, comparación y retroalimentación. Esto quiere decir que para
ejercitar nuestra capacidad de razonamiento podemos llevar a cabo actividades con
el mismo esquema. Entre las más notables se encuentra el ajedrez, cuyas reglas
y sistema exigen tomar decisiones cada vez más complicadas. Este juego es de
gran ayuda para desarrollar un alto nivel de concentración y elaboración de
estrategias.
Los razonamientos
se dividen tradicionalmente en dos tipos diferentes: deductivos e inductivos.
Aunque
todo razonamiento lleva implícita la afirmación de que sus premisas ofrecen
algún fundamento para la verdad de su conclusión, solamente los razonamientos
deductivos pretenden de sus premisas que ofrezcan fundamentos
concluyentes. La deducción consiste en partir de lo general para llegar al
menos general o particular
Por
ejemplo: si la zoología me dice que ningún reptil tiene sangre caliente (juicio
universal) yo deduzco que está tortuga que está frente a mí no tiene sangre
caliente, sin considerar la clase de reptil que sea la tortuga o la especie de
tortuga. No necesito, pues, más datos al respecto.
La
inducción a diferencia de la deducción, es que no baja de lo general a lo
particular, sino a la inversa, de lo particular se eleva los generales.
Por
ejemplo: si notamos que el cobre (metal) es un buen conductor de electricidad,
que la plata (metal) es buena conductora de electricidad y que el oro (metal)
es buen conductor de electricidad, entonces, por inducción, podemos establecer
la ley general "todos los metales son buenos conductores de
electricidad"
Por
último, en sentido amplio, se entiende por razonamiento a la facultad que
permite resolver problemas, extraer conclusiones y aprender de manera
consciente de los hechos, estableciendo conexiones causales y lógicas
necesarias entre ellos.
El
razonamiento también sirve para justificar o aportar razones en favor de
lo que conocemos o creemos conocer. Por otro lado, el razonar nos hace
analizar, y desarrollar un criterio propio, el razonar es a su vez la
separación entre un ser vivo y el hombre. A veces se define el razonamiento
como la capacidad de partir de ciertas proposiciones o ideas previamente
conocidas (premisas) y llegar a alguna proposición nueva (conclusión)
previamente no conocida de modo explícito.
Conclusiones
Para concluir con el tema podemos decir que el razonamiento sirve
para justificar o aportar razones en favor de lo que conocemos o creemos
conocer. También decimos que nos hace analizar, y desarrollar un criterio
propio. El razonamiento siempre estará presente en la vida de los seres humanos
ya que nos sirve para todas las decisiones que tomamos y hasta para cualquier cosa
que digamos o hagamos día a día.
El
razonamiento no podrá encontrarse, en una palabra, o incluso en el enunciado
que implica una conclusión. Porque no es un producto del pensamiento, es un proceso del pensamiento del sujeto,
este responde a condiciones o a un contexto determinado.
El
razonamiento habrá de buscarse en patrones de interacción que permita a una
persona apoyada, guiada, instruida por otro, etc., llegar a una conclusión
diferente que implique la elaboración de relaciones entre los datos que le
fueron proporcionados y la información que en ese momento disponía.
Mapa mental
Link del mapa mental: https://mm.tt/1705802160?t=Os1ETgqlEk
No hay comentarios.:
Publicar un comentario